Aprendiendo a meditar

Si bien es cierto que podemos contactar con nuestros Guías de varias maneras, hay una más directa que cualquier otra, una que te permite acceder a ellos y comunicarte con tranquilidad, tal y como nos recordaba nuestra compañera Samsara. Además, esa técnica te aporta importantes beneficios para la salud física y mental. Nos referimos a la meditación.

La meditación es un estado de relajación profunda similar al sueño pero estando la persona despierta. La mente consigue un estado elevado de consciencia que permite abrirte a nuevas experiencias. Varios estudios neurológicos han demostrado que las personas que lo practican consiguen una reducción en los niveles de estrés, mejoras de la tensión, mayor capacidad de concentración, etc. Tanto si crees en la energía universal o no, la meditación es positiva para cualquier persona que la practique. Trataremos de explicarte cómo se hace de la manera más sencilla posible. Antes llegar a hacer meditación, debemos tener práctica con la relajación.

Primeros pasos
(Recogido y adaptado de WikiHow)

1. Crea un ambiente tranquilo y relajante. Apaga la televisión y cualquier otro aparato que pueda hacer ruido. La música suave (ambiental, sin letra) puede venir muy bien. Asegúrate que hayas apagado tu teléfono móvil. La luz no debe darte directamente, es necesaria una luz ténue o a oscuras.

2. Siéntate en una silla o sobre un almohadón. No tienes que doblar las piernas para ponerte en la posición de loto o en alguna posición inusual, pero puedes hacerlo si es confortable para ti. Lo ideal es que la postura sea cómoda, la que prefieras (ten en cuenta que, al principio de comenzar a meditar puedes quedarte dormido, por lo que debes evitar hacerlo completamente tumbado).

3.  Cierra tus ojos o encuentra algo tranquilo que puedas mirar, si es que tener los ojos cerrados no te relaja.

4.  Cuida de estar bien sentado, de modo que tu posición te permita respirar con facilidad. Esto ocurrirá naturalmente si tus rodillas están debajo del nivel de tu cintura.

5.  Cuida tu respiración. No intentes cambiar la forma en la que lo estás haciendo. Solo deja que tu atención se centre en como fluye el aire por tu cuerpo. El objetivo de este paso es lograr que tu mente se ponga en blanco gradualmente. Las inspiraciones trata de hacerlas cada vez más profundas, y las expiraciones más largas. Trata de que al respirar se mueva tu abdomen, consiguiendo una respiración abdominal.

6. Visualiza una bola de luz sanadora y relajante encima de tu cabeza y como, poco a poco, va entrando por ella y relajándola. Esa luz baja por todo tu cuerpo. Visualiza como esa luz va por cada lugar sanando y relajando, hasta llegar a la punta de tus pies. Visualiza esto muy lentamente.

7.  Mentalmente concéntrate en palabras que te agraden y vayan contigo. Si eres una persona visual, en palabras que evoquen imágenes. Si eres una persona auditiva, en palabras que evoquen sonidos. Si eres una persona kinestésica (movimiento), usa palabras que evoquen sentimientos.

8. Repite estas palabras de modo que te animen a lograr lo que deseas. Por ejemplo, repite lo relajado que estás diciendo “Estoy completamente relajado“

9. Visualiza un lugar tranquilo para ti. Este puede ser real o imaginario (playas, montañas, etc). Siente como si estuvieses allí, fíjate en los detalles, el aire, la temperatura, la luz… y estate allí un rato, relajado, feliz.

PRIMERO, LA RESPIRACIÓN

Hay tres formas de respirar: abdominal, costal y clavicular. La respiración completa y perfecta integra las tres en una única y es el primer paso para que nuestra meditación salga bien, pues nos relaja.  La respiración abdominal es la más común. Tenemos que centrarnos en el abdomen. En la inspiración, el diafragma baja cuando entre aire en los pulmones. Lo notamos porque el abdomen se hincha. Haga la prueba inspirando profundamente. Si no nota que el diafragma desciende y se le hincha el abdomen su respiración es deficiente. En la espiración abdominal el diafragma sube, notará que el estomago desciende. Vayamos ahora con un ejercicio práctico.

1. Prepararse. Lo mejor para estos ejercicios de respiración es ponerse cómodo tendido de espaldas en la cama o en una manta en el suelo. Intente estar muy relajado. En la práctica podrá hacerla en cualquier situación o lugar. Ponga música relajante, cierre los ojos y piense en la naturaleza: el mar, los bosques, los lagos, etc.

2. Espiración. Concentré primero en la espiración: espire a fondo varias veces, trate de quedarse sin aire en los pulmones, expúlselo todo haciendo un gesto de contracción del abdomen.. Verá que el aire quiere entrar al los pulmones por sí solo (sobretodo si intenta mantenerlos vacíos durante unos segundos…)

3. Espiración 2. Intente que la espiración sea lenta, larga y profunda. También silenciosa (aunque al principio despreocúpese de este importante detalle). Intente concentrar en el movimiento del diafragma. Repita el ejercicio unos 8 minutos (mínimo).

4. Espiración 3. Tras estos intentos, verá como tenderá a inspirar más profundamente y que su abdomen empieza a jugar un papel más activo. Haga un último intento; cuando espire emita el sonido ON. No es un capricho. Le ayudará a que la espiración sea continua y lenta. También muy relajante dado que le hará vibrar la caja torácica y la zona abdominal. Primero la vocal OOOOOO…… al final de la respiración: MMMM

5. Inspiración. Notará que la inspiración viene por sí sola. Entre aire en los pulmones, el diafragma baja, el abdomen se hincha (ojo, es el diafragma el que trabaja, que el abdomen se hinche es una consecuencia del aire que entra en los pulmones, no la causa).

Conviene practicar hasta que nuestro cuerpo se acostumbre dados los beneficios que lleva consigo. Es ante todo un magnífico relajante del cuerpo y la mente. Al parecer acelera la circulación venosa, produce un masaje continuo a los órganos abdominales y contribuye a dotar a la respiración de amplitud, relajación y ritmo.

AHORA, EL AUDIO
Una vez que has practicado esta manera de respirar y la tienes más o menos controlada, pasamos ya a escuchar el primer audio, en el que un especialista nos ayuda a respirar. Es necesario que la practiques un par de veces al día, o al menos por la noche, antes de dormir. No te preocupes si al principio te cuesta, te desconcentras o te duermes. Pulsa aquí para escucharlo.
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EL METODO SILVA DE CONTROL MENTAL


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