La Ciencia de la Naturaleza

El registro Akashico es el archivo que contiene la memoria de la vida de todo lo que existe. Es el cumulo de experiencias vividas por un ser desde la creación de su alma hasta su retorno a la Fuente divina de la creación.

Todo ser viviente posee su registro Akashico; por lo tanto, todo lo que existe tiene su registro Akashico.

Existen registros Akashicos personales, planetarios, galácticos, y todos ellos son contenedores de la información de vida del pasado, presente y futuro de todo lo que existe.

Recordando que el tiempo es circular, podemos afirmar que pasado, presente y futuro fluyen en un movimiento eterno y unido. A través del uso del registro Akashico podemos tener acceso a viajar hacia el pasado, a lo que llamamos historia, y ver todo cuanto ha sucedido, tanto en este sistema estelar como en otros. Nuestra mente tiene la capacidad de pensar y trasladarse a la velocidad de la luz; por esto al acceder al tiempo a través de los registros Akashicos son posibles las sanciones aceleradas del alma y del ser, con la simple comprensión de sucesos y acontecimientos, tanto personales como comunitarios y planetarios.

Los archivos Akashicos contienen el testimonio de todo cuanto ha sucedido. Lo interesante es que toda la historia esta grabada en los registros Akashicos y esta tal cual sucedió. Sabemos que en la Tierra hasta los libros mas sagrados han sido modificados por intereses humanos; entonces, saber acceder a los archivos Akashicos nos permite vibrar mas cerca de la verdad y darnos cuenta de aquellas cosas que fueron cambiadas, no con el fin de juzgar lo cometido, sino para realmente poder ver las cosas desde una óptica de mayor transparencia.

En el universo absolutamente todo tiene vida; por lo tanto, hay un archivo Akashico por cada ser, cada conocimiento, cada planeta, cada galaxia. Por eso alma es sinónimo de vida. Existen almas de conocimiento, llamadas inteligencias, como lo son el alma de la sanacion, el alma de la música, el alma de la matemática. Si bien durante nuestros procesos de educación hemos visto todo esto como abstracto, neutro y sin vida, todo lo que existe vive, todo tiene su registro Akashico, todo esta conectado a una fuerza espiritual que le da alimento de vida.

Los reinos de la naturaleza también tienen alma: el alma de los minerales, el alma de los vegetales, el alma de los animales. En estos reinos los seres se asocian a almas grupales. Por ejemplo, los cristales se asocian con su alma grupal, que lleva grabada toda la información guardada durante millones de años de existencia. Lo mismo ocurre con los seres del reino vegetal; por ejemplo, el alma grupal de las flores contiene subgrupos según su especie: el subgrupo almico de las rosas, el de las orquídeas, etc. En el reino animal también existe la relación con almas grupales, pero no ocurre así con los humanos.

Las almas grupales no siempre tienen la misma cantidad de seres vinculados a ellas, ya que esto depende de la evolución de los seres que las conforman. La evolución en este planeta se da desde el reino mineral al vegetal y desde el vegetal al animal, y dentro del animal se pasa por la experiencia de diversas especies hasta llegar al ser humano.

En el reino animal, especies como el defin, la ballena, el caballo, el elefante, el perro -quienes gozan de una evolución mayor que otras especies- tienen almas grupales que muchas veces solo tienen dos seres cada una, lo que significa que esos seres pueden reencarnar como seres humanos una vez finalizada la presente vida. Cuando se llega a ser humano entonces existe la asociación con una sola alma y, por tanto, el ser tendrá un registro Akashico individual, el cual contendrá también todo lo que esa energia almica vivencio en los otros reinos.

Los seres humanos tenemos un libro Akashico individual que forma parte de la biblioteca de la humanidad, la cual a su vez esta vinculada al archivo Akashico planetario, al galáctico, al universal.

Es como si visualizáramos las matrioshkas rusas, esas muñecas que encajan una dentro de otra hasta llegar a la mayor, que las contiene a todas. Así es el registro Akashico de toda la creación: el que contiene todo es el mayor y cada libro, hasta el mas individual, es parte de el.

El adjetivo Akashico es un neologismo inventado por la teósofa británica Annie Besant (1847-1933). Proviene de akasa, un termino existente en el antiguo idioma sánscrito de la India, que significa alma, espacio, cielo, éter (un fluido impalpable, inmaterial, sutil e intangible, que los antiguos hindúes suponían que penetraba todo el universo y que seria el peculiar vehículo del sonido y la vida). Por eso el registro Akashico es denominado libro del alma, o libro de la vida.

Pero no hay ninguna palabra sánscrita que signifique registro Akashico.

Probablemente la primera mención a los registros Akashicos se encuentra en un libro de la misma oculista británica Annie Besant, La sabiduría antigua, de 1898. Ella menciona que los antiguos maestros creían que existían unos registros insertos en otra realidad incorpórea, desconocida para la mayoría de los seres humanos. Los registros Akashicos están en la Tierra desde hace millones de años, pero es alrededor del siglo XIX cuando comienzan a hablarse en algunos escritos de estos registros del alma.

Según Annie Besant, podían acceder a los registros Akashicos solo personas con dones espirituales, como chamanes o mediums.

En este ahora que estamos viviendo, ya todos los seres pueden tener acceso a los registros, puesto que nuestro nivel de conciencia es mayor, estamos mas despiertos, hasta el punto de entender que no existen los dones sino las capacidades y que todos los seres humanos poseemos iguales capacidades desarrolladas o a desarrollar. Para Teosofía, el registro Akashico es un lugar o gran biblioteca universal donde se guarda la información de todas las reencarnaciones y vidas de los seres. También el akasha se lo conoce como quinta esencia o sonido sagrado.

En algunas tradiciones de la Wicca, el akasha es una energía unificadora que esta vibrando dentro de cada criatura viviente del planeta, así como en los otros cuatro elementos que componen el mundo natural tal como lo conocemos.

En el hinduismo, akasha es el quinto de los “cinco grandes elementos”: tierra, agua, fuego, aire y akasha (éter). Si bien aparece como el quinto elemento, es importante destacar que es el dador de vida de los otros cuatro, y que energéticamente los abraza y contiene.