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Los sentimientos de baja vibración
Los sentimientos o emociones de baja vibración son aquellos como el enojo, el miedo, el mal humor, las quejas, los lamentos, la vergüenza, los complejos y todas esas cosas que te hacen sentir mal, hablar mal y pensar mal. Hablar de problemas, tener envidia y sentir culpa causan sentimientos son cosas que te alejan de tu verdadero ser divino y crean vibraciones bajas que te alejan de tu conexión con Dios.
Si con frecuencia sientes ansiedad, angustia, dolor, depresión, o frustración, tu energía está contaminada con emociones que te alejan de Dios. Es hora de sustituirlas por emociones de vibración alta.
Las emociones de alta vibración y los pensamientos positivos
Pensar positivamente es una práctica. Lo más seguro es que tu día esté lleno de pensamientos negativos y juicios. Es lo que todo el mundo acepta como normal, y con frecuencia a las personas que intentan pensar con optimismo y alegría se les critica.
No es necesario que te expongas a las críticas. Puedes corregir tus propios pensamientos. Puedes hacer comentarios positivos y llenos de amor. Puedes encontrar el lado hermoso de las cosas sin criticar a los que solo le ven lo malo. Poco a poco, tu vida se irá llenando de pensamientos positivos y tus vibraciones se elevarán.
Conectarse con Dios para hacer milagros
Para hacer milagros y vivir una vida milagrosa, hay que acercarse a Dios, reconocer a Dios en sí mismo, y sentirse amado por el amor divino. Esto debe reflejarse en tu lenguaje, en tus pensamientos y en lo que entra en ti a través de tus sentidos.
Aprender a orar: Cuida mucho las palabras con que haces peticiones. Reemplaza todas las palabras que representen sentimientos o emociones de vibraciones bajas con conceptos que envuelvan vibraciones altas.
Concéntrate en lo que quieres, no en lo que está mal: Si te va mal en tu relación, pide que se llene de amor y felicidad. Si sientes soledad, pide que tu vida se colme de amistades verdaderas y amor del bueno. Si tu corazón te duele por las penas, pide que se llene de amor, paz, felicidad, humildad, gratitud. Si alguien te hirió, pide por la persona y por su bien.
Los efectos milagrosos de las vibraciones altas
Cuando te esfuerzas por hablar, sentir y pensar de una manera que te conecte a Dios y te llene de vibraciones altas, tus esfuerzos se expanden hacia las personas que te rodean. Cuando llenas tu mente y tu ser de vibraciones altas, alteras positivamente lo que ocurre a tu alrededor y en los demás.
Un ejemplo de este efecto le ocurrió a una lectora:
Hace unos años cuando una amiga me contó que otra amiga muy querida estaba hablando mal de mí. Nunca he sido una persona que se enoje por algo sin primero querer saber lo que ocurre de verdad (y especialmente si lo escucho de terceras personas), así que comencé a orar por mi amiga y a los pocos días la llamé. No tenía intención de mencionarle nada, solo quería saber cómo me contestaría y si me diría algo de lo que sentía. Cuando me contestó y supo que era yo, sin yo decirle nada me contó inmediatamente que acababa de salir de la clínica psiquiátrica y que estaba muy mal. Y aunque realmente lo estaba, ya había regresado a la realidad y en vez de atacarme compartió conmigo lo que le estaba pasando. Si yo me hubiera concentrado en el dolor o la decepción, hubiera coartado su sanación. Debido a que llené mi mente de vibraciones altas, todo lo malo se disipó y los comentarios dejaron de tener validez.
Es por eso que todos los maestros y caminos espirituales enfatizan el perdón. Para evitar las vibraciones bajas, perdonar y amar sin límite evita que los sentimientos de baja vibración te arrastren y te opriman.
Cómo subir tu vibración
Comienza por practicar cómo sustituir tus pensamientos negativos por positivos. Llena tu lenguaje y tus pensamientos de palabras como amor, paz, felicidad, gratitud y alegría, y no te des permiso de llenarte de palabras y emociones de baja vibración. Conviértete en un imán de cosas buenas, con las más altas vibraciones que te acerquen a tu origen divino. Para manifestar milagros, no permitas que nada te aleje de Dios.
Los sentimientos o emociones de baja vibración son aquellos como el enojo, el miedo, el mal humor, las quejas, los lamentos, la vergüenza, los complejos y todas esas cosas que te hacen sentir mal, hablar mal y pensar mal. Hablar de problemas, tener envidia y sentir culpa causan sentimientos son cosas que te alejan de tu verdadero ser divino y crean vibraciones bajas que te alejan de tu conexión con Dios.
Si con frecuencia sientes ansiedad, angustia, dolor, depresión, o frustración, tu energía está contaminada con emociones que te alejan de Dios. Es hora de sustituirlas por emociones de vibración alta.
Las emociones de alta vibración y los pensamientos positivos
Pensar positivamente es una práctica. Lo más seguro es que tu día esté lleno de pensamientos negativos y juicios. Es lo que todo el mundo acepta como normal, y con frecuencia a las personas que intentan pensar con optimismo y alegría se les critica.
No es necesario que te expongas a las críticas. Puedes corregir tus propios pensamientos. Puedes hacer comentarios positivos y llenos de amor. Puedes encontrar el lado hermoso de las cosas sin criticar a los que solo le ven lo malo. Poco a poco, tu vida se irá llenando de pensamientos positivos y tus vibraciones se elevarán.
Conectarse con Dios para hacer milagros
Para hacer milagros y vivir una vida milagrosa, hay que acercarse a Dios, reconocer a Dios en sí mismo, y sentirse amado por el amor divino. Esto debe reflejarse en tu lenguaje, en tus pensamientos y en lo que entra en ti a través de tus sentidos.
Aprender a orar: Cuida mucho las palabras con que haces peticiones. Reemplaza todas las palabras que representen sentimientos o emociones de vibraciones bajas con conceptos que envuelvan vibraciones altas.
Concéntrate en lo que quieres, no en lo que está mal: Si te va mal en tu relación, pide que se llene de amor y felicidad. Si sientes soledad, pide que tu vida se colme de amistades verdaderas y amor del bueno. Si tu corazón te duele por las penas, pide que se llene de amor, paz, felicidad, humildad, gratitud. Si alguien te hirió, pide por la persona y por su bien.
Los efectos milagrosos de las vibraciones altas
Cuando te esfuerzas por hablar, sentir y pensar de una manera que te conecte a Dios y te llene de vibraciones altas, tus esfuerzos se expanden hacia las personas que te rodean. Cuando llenas tu mente y tu ser de vibraciones altas, alteras positivamente lo que ocurre a tu alrededor y en los demás.
Un ejemplo de este efecto le ocurrió a una lectora:
Hace unos años cuando una amiga me contó que otra amiga muy querida estaba hablando mal de mí. Nunca he sido una persona que se enoje por algo sin primero querer saber lo que ocurre de verdad (y especialmente si lo escucho de terceras personas), así que comencé a orar por mi amiga y a los pocos días la llamé. No tenía intención de mencionarle nada, solo quería saber cómo me contestaría y si me diría algo de lo que sentía. Cuando me contestó y supo que era yo, sin yo decirle nada me contó inmediatamente que acababa de salir de la clínica psiquiátrica y que estaba muy mal. Y aunque realmente lo estaba, ya había regresado a la realidad y en vez de atacarme compartió conmigo lo que le estaba pasando. Si yo me hubiera concentrado en el dolor o la decepción, hubiera coartado su sanación. Debido a que llené mi mente de vibraciones altas, todo lo malo se disipó y los comentarios dejaron de tener validez.
Es por eso que todos los maestros y caminos espirituales enfatizan el perdón. Para evitar las vibraciones bajas, perdonar y amar sin límite evita que los sentimientos de baja vibración te arrastren y te opriman.
Cómo subir tu vibración
Comienza por practicar cómo sustituir tus pensamientos negativos por positivos. Llena tu lenguaje y tus pensamientos de palabras como amor, paz, felicidad, gratitud y alegría, y no te des permiso de llenarte de palabras y emociones de baja vibración. Conviértete en un imán de cosas buenas, con las más altas vibraciones que te acerquen a tu origen divino. Para manifestar milagros, no permitas que nada te aleje de Dios.
Manual: Reemplazar las creencias limitantes por creencias que nos lleven al logro de nuestras metas...
