Técnicas de relajación y visualización

Técnicas de relajación y visualización

Usar la mente de una manera especial para resolver problemas.


“Considera, la perfecta capacidad de descanso de todos los animales. Levanta un gato dormido. Verás como cada músculo está completamente relajado. Esa no es solo la manera en que duerme, sino la manera en que actúa, descansa, se relaja. No importa lo grande o intensa que haya sido la actividad, cuando se para es capaz de soltar toda la tensión muscular….Cuando seas capaz de deshacerte tan completamente como lo hacen el bebé y el gato, y abandonarte a un estado de relajación deliberada e inducida conscientemente, la tensión desaparecerá por sí misma. Entonces serás libre y estarás sano y bien; serás tú mismo”.

Superar el estrés o el insomnio, bloquear los dolores de cabeza, estudiar concentrado, o reforzar la seguridad en uno mismo ante un examen, una entrevista de trabajo o en las relaciones personales, es fácil si aprendemos a usar la mente de una manera eficaz, solo tenemos que aprender a relajarnos y a desarrollar la imaginación.

Las neuronas se comunican entre sí por una química especial y mediante descargas eléctricas. Nuestro cerebro produce electricidad. De una manera rítmica y continua, las neuronas se trasmiten información de unas a otras, activándose y desactivándose. Este ritmo o vibración se mide con el electroencefalógrafo. Nos conectan unos electrodos en el cuero cabelludo y los impulsos eléctricos de las neuronas se registran en una gráfica en la que aparecen unas ondas de diferente amplitud y frecuencia.

Se han identificado cuatro tipos básicos de ritmos u ondas cerebrales –Beta, Alfa, Theta y Delta. El cerebro produce simultáneamente los cuatro tipos básicos de ondas y raramente vemos una frecuencia sin mezclar, aunque, en función de la actividad que estemos realizando predominan unas u otras.

Cuando estamos despiertos, atentos a lo que nos rodea, y utilizando nuestros sentidos, la vista, el oído etc., estamos funcionando en Beta. Es decir, las neuronas pulsan a más de 14 ciclos por segundo, o producen más de 14 ciclos por segundo. La mente esta pendiente del mundo físico, del entorno.

Ahora bien, si yo cierro los ojos y estoy en reposo, las neuronas pulsan más lentamente, entre 7 y 14 ciclos cada segundo. A este ritmo le llamamos ondas Alfa. La mente empieza a estar mas pendiente de lo que pasa dentro de nosotros.

Por debajo de los ritmos Alfa, están las ondas Theta, entre 4 y 7 ciclos cada segundo. Este ritmo está asociado a la regeneración física, la mente está totalmente volcada al interior de la persona y empezamos a entrar en niveles de anestesia para cirugía por ejemplo. Con estas frecuencias lentas, podemos bloquearnos el dolor.

Y finalmente encontramos los ritmos más lentos de todos, las ondas Delta, que se dan en el sueño más profundo, entre 0,5 y 4 ciclos por segundo. Si a una persona que está durmiendo, y que según el electroencefalógrafo esta en ondas Delta, le despertamos y le preguntamos en qué estaba pensando, la persona no sabe contestarnos. La mente no es consciente de qué está sucediendo. Cuando nos van a operar, nos ponen una anestesia que es una química específica que hace que nuestras neuronas pulsen en frecuencias lentas – Theta y sobre todo Delta, y no sentimos dolor.

Una persona media, en un día medio, cuando esta en el área Beta, produce 21 ciclos por segundo. Cuando se excita por el miedo, un enfado, el nerviosismo, o cualquier emoción que le conmueve, ese ritmo aumenta y su concentración se vuelve más débil y su capacidad de aprendizaje es menor. El estrés y la ansiedad se asocian con una producción de ondas cerebrales superior a los 21 ciclos. Sabemos además que en situaciones prolongadas de estrés, el sistema inmunológico se deprime y es menos capaz de hacer frente a las enfermedades. La capacidad curativa del cuerpo se encuentra en una producción inferior de ondas cerebrales, cuando estamos relajados.

¿No sería muy interesante que en las situaciones de tensión, pudiéramos controlar esos ritmos de manera que voluntariamente pasáramos a ondas más lentas donde estamos tranquilos, concentrados y memorizamos con más facilidad?

Precisamente ese es uno de los objetivos fundamentales de las técnicas de relajación y de visualización. Aprendiendo a usar nuestra mente de una manera eficaz, es decir relajándonos, y llevando nuestra mente a profundos estados de calma (ondas alfa y theta), podemos estar tranquilos ante un examen o una entrevista de trabajo, seguros de nosotros mismos en las relaciones personales o en una negociación en la empresa. A nuestro cuerpo le gusta la relajación y si le damos una oportunidad aprende con rapidez y facilidad

Sabemos también, que las funciones más específicas del hemisferio izquierdo del cerebro son las relacionadas con el lenguaje, la lógica y la razón. Al hemisferio derecho le concierne la expresión y el reconocimiento de las emociones, la intuición y la creatividad. Ambos hemisferios están unidos por un grupo de fibras llamadas el cuerpo calloso, pero cada uno procesa la información de manera distinta. Uno de los beneficios de los estados profundos de relajación, es que potencia la comunicación entre los dos hemisferios cerebrales que de esta manera funcionan sincronizados.

Estando en estos estados profundos de relajación, accedemos a la vez a más recursos internos, y tenemos más probabilidades de estar acertados si tenemos que tomar decisiones, o si tenemos que resolver problemas.

Aprender a relajarte y a mantener la mente en calma es el mejor regalo que te puedes hacer.

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