Los niveles de conciencia y los sueños.

Podríamos decir, a grandes rasgos, que  existen tres niveles de conciencia, uno es el nivel de conciencia que aceptamos normalmente como “real”, conectados totalmente, o casi, al mundo físico, el segundo es el nivel de conciencia que experimentamos durante nuestros sueños y el tercero es el nivel de conciencia superior, el cual combina los dos anteriores.


¿Qué diferencias importantes podríamos destacar?

En primer lugar, podríamos destacar el tiempo, cuando estamos en la fase de conciencia durante el sueño, no existe el tiempo tal como lo entendemos durante la etapa de conciencia “real”, podemos ir hacia delante y hacia atrás, sin ningún tipo de problema.

La segunda diferencia importante tiene que ver con los efectos producidos por nuestros actos, en la fase de sueño controlamos totalmente los efectos que producen nuestros actos, podemos volar si nos apetece, trasladarnos de un punto a otro del planeta en cuestión de décimas de segundo, etc., lo cual no ocurre en la fase de conciencia “real”.

Podríamos seguir enumerando diferencias significativas, como que en la fase de sueño los hechos no se suceden de una forma “lógica”, sino que van errando sin un principio y un fin y en la fase de conciencia “real” siguen un orden estrictamente cronológico y lógico.

No obstante, no todo son diferencias, ya que las sensaciones que recibe nuestro cuerpo físico como consecuencia de las vivencias que tenemos tanto en nuestra etapa de sueño como en nuestra etapa “real” son idénticas y los sentimientos que nos generan también, podemos sudar, temblar, tener miedo, frío, calor, estar alegres, tristes, llorar, reír, etc. Etc. Etc., independientemente de que estemos en nuestra etapa de sueño o en nuestra etapa “real”.

Hasta aquí creo que podemos estar de acuerdo en que podemos alternar sin ningún problema estas dos vidas paralelas que llevamos. Pero realmente no son dos vidas paralelas, sino que pueden combinarse en una sola interaccionando entre sí.

Por ejemplo, seguramente muchos de nosotros hemos podido “hablar” con alguien que se ha quedado dormido a nuestro lado. Si tenemos cuidado en no despertarlo, podremos mantener algún tipo de conversación, encontrándonos en distintos niveles de conciencia.

Si aceptamos que podemos usar distintos niveles de conciencia y de que estos pueden interactuar entre sí, llegamos al tercer nivel de conciencia, que es aquel en que utilizamos simultáneamente ambos niveles, y éste sería el nivel de conciencia superior, en el que podremos utilizar las ventajas de ambos y actuar en consecuencia.

Aunque esto parezca algo inalcanzable, no lo es, únicamente hemos de romper las barreras de nuestra educación en estos aspectos y saber que ambos niveles son nuestros y los podemos combinar para alcanzar nuestras metas.

A través del nivel de conciencia de sueño, podemos recibir y enviar información al universo, al igual que podemos comunicar y recibir información de alguien que se encuentra en la fase de sueño.

Aunque esto parezca utópico o descabellado, seguramente os habrá ocurrido en alguna ocasión, o en más de una, el hecho de soñar despiertos, por ejemplo en el trayecto en coche desde nuestro domicilio al trabajo nuestra mente se ha ido a otro lugar y no ha regresado casi hasta el final del trayecto y al volver a la fase “real”, no conseguimos recordar el trayecto recorrido ese día. Lo que ha ocurrido es simplemente que hemos combinado ambos estados y hemos sido capaces de simultanearlos, una ha conducido el coche perfectamente y el otro ha tenido una vivencia determinada.

También os habrá ocurrido, en alguna ocasión el hecho de tener impulsos o intuiciones que nos empujan a realizar una acción determinada y una vez realizada podemos comprobar que dicha acción ha sido determinante para conseguir algo que queríamos.

En este caso hemos recibido el impulso a través de nuestro estado de conciencia de sueño durante nuestra fase “real”.

Vemos pues que muchos de nosotros hemos experimentado estas “interferencias” entre ambos estados de conciencia, de forma automática.

Nuestro reto es empezar a utilizar dichas interferencias de forma voluntaria para llegar a alcanzar nuestros objetivos. Para ello no debemos hacer nada especial, simplemente debemos seguir nuestros impulsos por encima de las creencias que nos han inculcado desde niños, dejando en primer lugar que predominen en nosotros pensamientos referentes a nuestros deseos verdaderos, dichos pensamientos son la señal que emitimos y los impulsos o corazonadas o como queramos llamarlos son la contestación o la guis que recibimos y que debemos seguir para alcanzar nuestros deseos.
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