Transmision del pensamiento y el Aura

La telepatía

La telepatía o transmisión del pensamiento es una de las habilidades que muchos grandes yoguis dominan. Los pensamientos, según el yoga, tienen volumen, color y peso. No los podemos ver pero existen. Por esta razón es posible enviar pensamientos a otras personas y recibir pensamientos.

La clave para poder comunicarnos telepáticamente con éxito consiste en concentrar todo lo posible los rayos dispersos de la mente. Aunque hay muchos tipos de ejercicios y muchos factores que pueden ayudar a mejorar la emisión y recepción de pensamientos un sencillo ejercicio que puede hacer cualquiera es el siguiente.

Cuando estemos caminando por la calle, por ejemplo al volver a casa del trabajo o de la universidad, debemos mirar con atención la nuca de la persona que tengamos delante y pensar continuamente: “Tienes que darte la vuelta, date la vuelta, te estoy llamando mentalmente”. Al principio poca gente se dará la vuelta pero con práctica nuestra mente responderá a nuestra llamada, aumentará la concentración y más gente se dará la vuelta. Este ejercicio tiene como fin preparar la parte de la mente encargada de la telepatía para ejercicios más avanzados.

El aura humana

El aura humana es un campo magnético altamente cargado que rodea y penetra el cuerpo humano.

Si bien es posible aprender a divisar el aura en cinco o diez minutos, la mayoría de la gente ignora su existencia, posiblemente a causa de una ceguera funcional. A menudo, la gente suele contemplar un objeto de manera selectiva, de modo que muchas veces no se fija en todos los detalles del objeto en cuestión, porque sólo ha atendido a unos rasgos determinados.

Se ha llevado a cabo mucho investigación en relación con el aura humana. El doctor Walter J. Kilner, médico del hospital Saint Thomas de Londres, realizó los primeros experimentos conocidos al determinar por métodos de laboratorio la naturaleza del aura.

Dichos experimentos empezaron en 1908, cuando el doctor Kilner observó por vez primera un halo en torno al cuerpo humano. Entonces quiso explorar la posibilidad de que este halo o "aura", pudiera reflejar el estado fisiológico de un ser humano.

Halló, en efecto, que ciertos colores y formas del aura acompañaban a ciertas enfermedades corporales, es decir, orgánicas. En 1920, el doctor Kilner publicó su obra Atmósfera humana a la que siguió El aura humana. El doctor Kilner opina que un 95 por ciento de personas con visión normal puede ser adiestrado para ver e interpretar el aura.

En Rusia, un sistema fotográfico, el llamado Kerliano, ha permitido a los científicos fotografiar y calcular el campo magnético que rodea a todos los seres humanos en vida.

Recientemente, en la universidad de Stanford, los científicos han limitado la hazaña de los rusos, fotografiando el aura humana en color.

El doctor Otto Rhan, investigador de Cormualles, descubrió, tras intensas investigaciones, que las radiaciones humanas más potentes emanan de las yemas de los dedos de la mano derecha. Este descubrimiento ya lo conocían, desde mucho tiempo atrás, los individuos que se ocupan de la curación psíquica.

Pueden hallarse la prueba de que el aura lo han visto ciertas personas desde hace siglos, pese a desconocer su exacta naturaleza, en las pinturas religiosas que destacan halos en torno a las cabezas o cuerpos de santos y profetas.

Gracias a los esfuerzos de muchos investigadores, actualmente podemos hacer declaraciones específicas y comprobables acerca del aura humana.

El campo magnético que rodea el cuerpo y se extiende cerca de un tercio de centímetro en torno a todas las partes del mismo, incluyendo el cabello, se llama usualmente el cuerpo etérico o bioplasmático.

Esta estrecha banda es sensible al tacto y es posible estar enterado de su existencia con poca dificultad. Varios investigadores han descubierto que esta aura interior responde a un imán; puede ser atraído por uno de ellos, aunque ella no esté imantada ni sea imán a su vez. De manera que el aura posee una masa, probablemente a causa de la presencia de partículas de hierro.

Colores y dibujos del aura humana

El aura se extiende un poco más en torno a proyecciones como los pezones y los dedos que en las superficies planas. Es interesante observar que esto también sucede en un conductor eléctricamente cargado.

Los científicos de Rusia, los Estados Unidos y Gran Bretaña han descubierto que es posible enviar un pensamiento benéfico, tal vez una leve carga de energía eléctrica, por medio del aura. Cuanto más brillante sea el aura de un ser humano, más potente es la carga eléctrica que puede enviar a otro. Utilizando la técnica respiratoria, un individuo puede aprender a aumentar la energía del aura y dirigirla a voluntad hacia un punto dado.

Cuando una persona tiene conocimiento de su aura, es difícil, no obstante, que al mismo tiempo conozca sus diversos dibujos y colores. La capacidad de distinguir los colores es seguramente cuestión de tiempo y práctica, lo mismo que para los dibujos, al menos para algunos individuos; otros, en cambio, ven rápidamente el color, y aún otros afirman haber tenido conocimiento del arco iris luminoso de su cuerpo desde la niñez. Aunque la faceta relativa a la interpretación del color en conexión con el aura aún necesita una intensa y exhaustiva investigación y refinamiento, pueden formularse algunas conclusiones respecto a la relación entre la presencia de ciertos colores y el estado mental, fisiológico y emocional de un individuo.


Casi todo el cúmulo de datos obtenidos da una evidencia empírica: el aura está abierta a una investigación más profunda para la interpretación de las tonalidades y matices particulares.

Las siguientes son algunas interpretaciones de carácter general de ciertos colores del aura.

Rojo: energía y vitalidad. Cuando un individuo se encoleriza, el rojo predomina en su aura.

Azul: gustos filosóficos. Aun queda mucho por recorrer respecto al color azul del aura.

Amarillo: razonamiento lógico y análisis crítico.

Negro: malicia, odio y depresión.

Blanco: aun precisa mucha investigación. Los yoguis y otros ocultistas aseguran que indica un ser altamente evolucionado, como un maestro o guru.

Pardo: manchas que suelen rodear a los órganos enfermos.

Gris: relacionado con impresiones y emociones negativas con el temor, una leve depresión y una actitud negativa en general.

Amarillo-verdoso: está relacionado con el engaño.

Verde intenso: es relajante, en torno a los individuos amantes del aire.


Pese a todo, hay que recordar que todavía queda mucho por descubrir acerca del color y el dibujo del aura humana, así como de su relación con la existencia cotidiana del hombre.

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